Semana movidita: PACTOS, AEROPUERTOS Y WALKY TALKIES

Va de pactos esta semana. ¿De pactos solo? De sustos, diría yo. Pero luego hay que cumplirlos, eh. ¿Los sustos? El ambiente está alborotado y lo mejor es contar hasta diez, en nuestro caso mejor si son veinte, que más vale tener más que menos. Contigo, hasta mil voy a tener que contar yo, como sigas así. El tamaño si que importa, digan lo que digan. Y el diámetro, y el gracejo :-)
Y el pacto número 1 es el más importante, atiende hermanita, nos lo hemos de tomar al pie de la letra, si hay que ir se va, pero… con billete de vuelta, y sobre todo, muy importante: el seguro de cancelación. Las maletas bien cerradas y por si acaso ligeritas de equipaje, así no hay que facturar, que luego surgen los problemas: que si se pierden, que si se olvidan del vuelo que era, que si esta es la mía, no la tuya… O sea, de tirarse a la piscina sin flotador, ná de ná, ¿no?

Lo importante ante todo, y éste lo enumeraremos como el pacto 2, es escoger bien la compañía de vuelo. La oferta es amplia, si que es cierto, pero hay que saber elegir la mejor en función de la calidad-precio, a veces salen muy pero que muy caras y luego al final no te ofrecen el servicio esperado. Si no hay un buen servicio, está claro, no sirve. Ojo también con las low cost, que luego te salen con que si las tasas, las escalas. Si es posible viajemos en primera, se pueden estirar más las piernas, por aquello del síndrome de la clase turista. Nena, yo lo del low cost hace tiempo que lo dejé, lo de la primera clase es condición “sine qua non”, es aquello del “ser selectivo”.


Y mi hermanita voló hasta el país del abeto… por cierto, lo viste? No, no tuve tiempo de hacer una visita turística. Si vuelvo, igual me paseo. Ojo no te coja apego por la tierra, que el clima es a veces muy traidor. En fin, ese fue otro viaje, al menos conservo algunas fotos. Bueno, también tengo las de la comunión, las de la mili no porque las perdí… Pobre Zipi. Mentirosa, que saliste excedente de cupo, como yo.

Y el lío Santcugatero sin desperdicio. Comedia de enredo donde las haya. Juntas pero no revueltas, Walky talky en mano y preocupaciones de mi princesita… si parecía radio taxi aquello!!! Voy, no voy, vengo, no vengo, que lo llama!!!!, que no lo llame… Casi como en viejos tiempos, aunque me temo que esos ya no volverán, para bien o para mal. Mira niña, ni me hables de la nochecita de marras, eh? Zipi desperado (si, DESPERADO, no me he comido ninguna letra), tu amenazando con llamadas improcedentes, el Bardem con un rebote que no te cuento, Zape llamándome a las 3 de la mañana… No sé si puedo seguir este ritmo, hermanita, tanto lío va a poder conmigo.

Cenita en casa de Nachete. Ya lo viste princesa, la intención se puso pero una ya no está para trotes –según cuáles, aclaremos-. Pues hija, te perdiste una noche bailonga donde las haya, después de la nochecita anterior y de la huida del país del abeto, necesitaba… eso… pasar de todo y de todos, y hasta las 6 de la mañana de bailoteo. No sabes lo bien que va eso para el coco, sin implicaciones de ningún tipo. Lo voy a implantar como terapia, ni yoga ni tai-chi, que lo sepas (a Gemita, es que no le gusta mucho bailar, creo yo…).

Y se siente Nasty, aunque esta vez comprendo que no te cosques… pero Zipi y Zape son así… y ellas si que se coscan. Eso de coscar me suena fatal. Pero si, nos coscamos, pero a veces no interesa que se cosquen los demás, al menos, no demasiado.

Zipi y Zape