Semana 27: A Zipi le va a tocar la lotería

Esta vez incluso sin comprar el décimo, pero estoy segura, totalmente convencida, ya puedo palparlo. Y por qué? Porque como dice el Sanz después de la tormenta siempre llega la calma, así que a “corason partío, corason remendao” . Y toca señores, toca ya una de buena. Que no doy pie con bola, que todo me sale al revés, que me toman por el pito del sereno, que todo se rompe!!! Siiiiiiiiiii, literalmente, pobre Zipi… El lavaplatos se sentía solo ahí estropeado y va y llama por teléfono a la tele y ella pues eso… voy contigo. Sigo. La tumbona, mi amada tumbona, cómplice de mis tostadas al sol, zas, un brazo roto. Sigo. El puñetero inalámbrico, que en cuanto entro en mi cuarto empieza a pitar. Sigo. Hasta la luz de mi despachillo ayer no iba… Pero qué he hecho yo para merecer esto Zape? Dime qué he hecho yo. Esto me pasa por quedarme en casa, si me hubiese ido a Teruel, por ejemplo, no me hubiera llevado estos disgustos. O al menos sí pero a la vuelta, y como que te lo tomas de otro modo. No hay derecho, no. Todo a la vez, jolines, les pasa a todos o es que los demás se lo callan? Pues yo no me callo. Nooooooooooo. Hala, y gritoooooooooooooooo y pataleoooooooooooo, que estoy ya con el vaso colmadito como para faenitas de este tipo. Mira hermanita, ayer estuve tentada de salir corriendo de casa y dejarlo todo tal cual, como si no fuera conmigo y ahí te quedas. Pero claro, sólo no se arregla y mejor enfrentarse de cara a los electrodomésticos y demás enseres del hogar. Si, si… hogar dulce hogar… Ya lo dice mi mima: a ti no te pillará un terremoto en casa. Pues vaya, para una vez que me quedo casi se me derrumba., o sea que a partir de ahora poco me van a ver por ahí.

Encima decides pasar un tranquilo día de playa, relajado, escuchando el vaivén de las olas, el estallido de éstas contra las rocas, las gaviotas, contemplar el azul turquesa del mar… (un poco de imaginación si que tengo, no zape? Total era Sitges, pero bueno, por imaginar que no quede…). Bueno, el caso es que en vez del murmullito de las olas y todas esas marandangas, de fondo y de pleno también, las mima-aventuras de la semana; que si una araña gigante la atacó, pero la pobre no sabía dónde se metía, Zape, explica qué le hizo a la pobre arañita. No, si empiezo a dudar que haya tenido una infancia feliz, a ver si voy a tener algún trauma infantil enmascarado.
Luego me apercibí de que lucía una hermosa tirita en el dedo gordo del pie. Pues dice que le mordió un gato. Vaya, yo tenía entendido que esos arañaban, pero claro, me disponía escopeta en mano a vengar el ataque hacia la mujer que me dio la vida, cuando me explicó que es que ella le había pisado primero. Claro, pobre bestia, así también la muerdo yo. Suerte que le dio por las bestias y no por los niños, la verdad lucían sanos y bien cuidados, jajaja. Si es que en el fondo es un trozo de pan.

En fin hermanita, en definitiva, que no estoy de buena racha, pero algo me dice que esto se acaba pronto, la meiga insiste en que las miradas están cercanas, ella que diga lo que quiera, que aquí nadie ve nada, habrá que pasar por General Öptica y a vivir que son dos días y si no, podemos optar por el “final feliz” de Telma y Louise, que por cierto la ponen hoy…

Zipi-sola


PD: Sujeto a modificaciones; me han abandonado… se han ido al país de los tulipanes… iré en su búsqueda…