Semana…. Ya se, de la castañada!!!

Semana de esas que gustan… un puente siempre se agradece. Aunque yo, casi no lo cuento. A ver si me puedo explicar, porque ni yo misma lo entiendo: noche de la castañada / Halloween (tendrías que haber visto al osito Márquez con melena Morticia Adams, sin desperdicio), 5 de la madrugada, barra exterior del Titus, conversando tranquilamente con Nachete (si, conversando, y tranquilamente, quiero hacer hincapié en eso), sólo conversando? Vamos que no cuela…, debíais estar bailando desenfrenadamente, como siempre, como si lo viera, y de repente, se abalanzó sobre mi (y no fue ningún arrebato pasional, te lo juro por Snoopy), con la consiguiente pérdida de equilibrio por mi parte, golpe en la cabeza con la barra resposapiés, espaldazo en el suelo y Nachete encima. Mira hermanita, no es tan difícil de explicar, es su especialidad, por dos veces he ido yo al suelo en brazos de Nachete, la última en la fiesta innombrable… Él tampoco se lo explica, debe ser problema hormonal, porque etílico no lo era. Bueno, eso habría que verlo… Resultado: chichón, moratón en la espalda por mi parte, y distensión de ligamentos en el hombro por la suya. Ahora entiendo eso de que hay amores que matan, Zipi, ¡casi me desnuca! Testigos presenciales y fiables aseveran que se tiró encima de mí, pero claro, como no es la primera vez que nos quedamos ambos dos tirados por el suelo cuan largos somos… Ahora entiendes por qué he dejado Titus? Ja ja ja.

Yo esta castañada decidí escaparme de nuevo, esta vez poniendo casi 400 km por delante, más lejos y más recóndito todavía. Algo me decía que mejor no estar aquí. La pasada no me dejó muy buen recuerdo, la verdad y además yo sí que acabé en urgencias!!! Mejor no lo expliques…

A todo esto, driblings por todo el Titus huyendo del Octopus. Si, otra vez. Y mira que se lo presento a todas las niñas conocidas, pero nada, ni por esas. Yo en cambio estuve rodeada de ardillitas, jabalíes, buitres de los que vuelan, mantis religiosas y cabras montesas… De verdad que cada vez me preocupas más. Esta no es mi zipi, que me la han cambiado!!!! En la casa del conde de Montoro, en una aldea de montaña de Teruel, censada con 10 habitantes, ahora todos mis amigos… Los invitarás a nuestras fiestas, o mejor lo dejamos? Aprendí a hacer meditación, a escuchar en mi interior, que tenía un montón de cosas que contarme ay madre, lo que me faltaba por oir… ahora se explica cosas a sí misma. ¿te las sabías? Algunas las intuía, pero ahora estoy segura.

El sábado, una cena muy especial, con una persona muy especial (dejémoslo en presunto especial, recuerda aquello de "hasta que no se demuestre lo contrario", que en nada se desespecializan…). No voy a entrar en detalles, estos pertenecen a mi intimidad (hija, siempre cortas en lo mejor de la película). Ahí queda eso. Tema de reflexión: le dije a quientuyasabes este verano que le sería fiel mientras no encontrara a alguien tan alto, atractivo y simpático como él. Mal enfocado, yo he aprendido que lo mejor es ser fiel a ti mismo. Zipi… era difícil, sobre todo lo de la altura, pero… ecco! Ya empezamos con el cuento de las reinas y las princesas... mejor campesinas, es más real. Veremos si le damos el aprobado…

Yo, mientras tú cenabas y quiénsabequémás contemplaba un cielo estrellado como jamás había visto, en serio, las estrellas se encendían y apagaban... Se veía claramente la vía láctea, las constelaciones y un montón de estrellas fugaces. Imagínate, en medio del monte, silencio absoluto y el cielo inundado de lucecitas. Si es que eres de ciudad, hija. Pero eso se ha de disfrutar en compañía. Supongo que no hablarías contigo misma en esas circunstancia, no? Correremos un estúpido velo, yo también te corto en la mitad de la peli, hala…

Fui hasta el nacimiento del Pitarque, una pasada, por una ruta campo a través de más de 1 hora de ida y otra de vuelta. Al llegar allí, al nacimiento, el panorama es indescriptible y el sonido del agua otro tanto.
Compré harina en un molino de hace más de 100 años y me ensañaron cómo funcionaba. La calefacción era de leña. Hacen el pan ellos mismos. Es otra vida hermanita… y cuanto más la veo más me gusta. De ésta, se nos va a vivir al monte, ya lo veo, a hacer de anacoreta. Zipiiiiiiiiiiiiiiiiii, que eres muy joven todavía para eso!!!!!! ¿Y nuestro “Hogar del jubilado marchoso”? En el monte, no, ¿eh?

Zipi y Zape