jueves, marzo 01, 2007

Semana 8, Bis: Cariño, he intoxicado a los niños



Ya es lo último que me podía pasar (o lo penúltimo, como las copas). Cariño… he intoxicado a mis hijos. Casi puedo ver mi foto en las páginas de sucesos junto a pedófilos y maltratadores infantiles. Llevo un disgusto! Pobrecitos, ya nunca podré recuperar su confianza, a veces parece que me sonríen pero son muecas de dolor y me miran raro, por el rabillo del ojo, lo detecto. Me observan mientras se echan las manos al abdomen con cara de víctimas. Tú, ni caso, como si no fuera contigo. Ya sabes que a los hijos les encanta hacer sentir culpables a los padres. Haz como que no los ves, ponte a cantar, ensaya el paso del cangrejo… ya verás que cuando vean que su táctica no surte efecto, lo dejan correr.
Sucedió el lunes. Me entretuve más de la cuenta en el súper. Entre tú y yo… estuve probando la técnica del ligue en las grandes superficies; mira hermanita, por intentarlo que no quede. Es que me dijeron que no lo hacemos correctamente, que por la noche no vamos a conocer a ningún hombre de bien, que los que valen la pena se encuentran, por ejemplo en el súper, cuando se te cae algo y él te lo recoge. ¿Quedan de esos? ¿Y encima aprovechables? Deben ser los que acompañan a su mamá a comprar… Pues bien, aproveché, y como tenía que comprar mucho… hala!, a lanzar tomates, berenjenas pepinos… hasta probé con el pollo troceado y los tacos de queso… nada, ni el menor conato de socorro. Menos mal que ya no hay tambores de detergente, sino te veo descalabrando a alguien. Me miraban, eso sí… qué extraño, pensé, me habré despeinado? Zipi… tu sabes que yo siempre te apoyo… pero hija, es que era para verte, en medio del súper tirándolo todo al suelo… no me extraña que no se te acercara nadie… lo raro es que los de caja no llamaran a al frenopático…Total, que me pasé más de media hora recogiendo yo solita toda la compra desparramada por el suelo. No será el día, ni estará “él”, pensé… Y si estaba, se debió esconder. En serio, no lo vuelvas a hacer, que me veo montando las fiestas en Sant Boi.
Se me echó el tiempo encima y ya en casa, mientras colocaba las cosas en la cocina me apercibí de que alguien había dejado una pizza fuera de la nevera, sobre la encimera, muy bien colocadita ella. Pensé: genial, la han puesto ahí para que la prepare y como es tarde, pues va, hoy no cocinamos, perfecto… deberes, baño… y pizza per tutti.
Cenamos primero las dos “niñas” y le guardamos su ración al “niño”, Cuando llega me dice: no os habréis comido la pizza que he dejado ahí encima? Con cara de pavor digo –por qué? –Pues porque estaba caducada… Lo miro y sí, tenía razón, pero sólo se pasaba de 4 días… Bueno, le comento, no seas exagerado, no hagas caso de eso, no se mueve y está buena, cómetela tranquilamente…
Resultado: El martes por la mañana los dos con indigestión… que desastre!. El problema fue dejarla fuera de la nevera, seguro… Dile al “niño” que no lo vuelva a hacer, o se la come, o la tira a la basura. Pero la “menda” intacta, como una rosa.. . y es que ya dicen que el vino es saludable, lo veis? Como aún debe correr por mis venas, aniquila todos los intrusos malignos. O sea que va a ser que no lo dejo, a él no!!! Y si no fue el vino, es que tenemos estómago para eso y mas, si señor!!! Aunque la teoría del aniquilamiento da para una tesis doctoral. Podemos buscar voluntarios, a ver qué pasa… Sííííííí, hagamos experimentos, quién se ofrece?
La intoxicación ya casi está superada, mis hijos empiezan a sonreírme de nuevo, incluso me hablan… (y sospechosamente no te piden sólo bocatas para cenar? Si no es así, tranquila… Has triunfado y recuperado tu caché de mamá responsable y protectora) pero mi mami me ha amenazado con poner una mancha negra en mi biografía (hasta ahora estaba perfecta, que conste). Qué le vamos a hacer!!! Darle vino a los niños para que no vuelva a pasar es un poco fuerte, ¿no? Sólo era una idea… Un poco si, mejor lo guardamos para nosotras.

Zipi y Zape

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